Además de la Novena a la Divina Misericordia dictada por nuestro Señor a Santa Ma. Faustina para su uso personal, le reveló una oración poderosa que quería que todos rezaran: La Coronilla a la Divina Misericordia. La hermana Faustina la recitaba casi constantemente y de manera especial por los agonizantes. Nuestro Señor le insistió en que alentara a los demás a hacer lo mismo, prometiendo gracias extraordinarias para quienes recitaran esta oración especial.
Nuestro Señor dijo a Santa Faustina:
Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte… Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador Misericordioso… Los Sacerdotes se la recomendarán como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca mi misericordia… A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad. (687, 1541, 1731). Haga clic en la imagen para verla en grande |
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